American institutions of higher education are increasingly called upon to respond to demographic changes. Current and future shifts in the environmental, academic, social, and emotional climate of campuses are likely to spawn both concerns and opportunities for academic and student services personnel and students. There are inherent challenges facing campus stakeholders seeking to navigate an ever‐evolving higher education landscape, which require campus mental health professionals to understand person‐in‐environment variables as best practices relative to service delivery are continually refined. Cada vez se pide más a las instituciones americanas de educación superior que respondan a los cambios demográficos. Las fluctuaciones actuales y futuras en el clima ambiental, académico, social, y emocional de los campus generan con frecuencia tanto preocupaciones como oportunidades para estudiantes y personal académico y de servicios al alumnado. Hay desafíos inherentes que afrontan los grupos de interés del campus que buscan la forma de navegar el paradigma en constante evolución de la educación superior, lo cual requiere que los profesionales en salud mental del campus entiendan las variables del individuo‐en‐su‐medio mientras las prácticas adecuadas relativas a la prestación de servicios se refinan constantemente.