Civil Society Reconstruction: Popular Organizations in Postearthquake Concepcion
Latin American Perspectives: A Journal on Capitalism and Socialism
Published online on March 14, 2016
Abstract
The Chilean province of Concepción was little prepared for the impact of the earthquake and subsequent tsunami that took place on February 27, 2010. Because of the destruction of roads and bridges, the power outage, and ineffective communication, each neighborhood was essentially left to fend for itself with virtually no assistance from local and provincial authorities. Within the first 24 hours, panic hit, with stores being looted and local politicians calling for a military presence, and neighbors joined together to protect their property from looting gangs, even in the poorest neighborhoods. Most of these committees were not based on the traditional neighborhood councils that had emerged since the return to electoral democracy in 1990. In the emergency camps established by families that had lost their houses, the new leaders established a more autonomous and horizontal leadership style in their search for decent living conditions and a definitive housing solution. At first glance, these new leaders appear to be a return to the autonomous popular organizations that emerged during the dictatorship but were demobilized under electoral democracy. Ironically, the earthquake and the new center-right government seem to have offered a political opportunity for the reemergence of a more autonomous civil society.
La provincia chilena de Concepción estuvo poco preparada por el impacto del terremoto y el posterior tsunami que ocurrió el 27 de febrero de 2010. Debido a la destrucción de caminos y puentes, el apagón, y la comunicación ineficaz, cada barrio fue esencialmente librado a su suerte prácticamente sin asistencia de las autoridades locales y provinciales. Dentro de las primeras 24 horas cundió el pánico, con saqueos de las tiendas y llamados de los políticos locales por una presencia militar, y vecinos juntándose para proteger su propiedad de las bandas de saqueo, aún en los barrios más pobres. La mayoría de estos comités no estaban basados en los tradicionales consejos barriales que habían surgido desde el retorno de la democracia electoral en 1990. En los campamentos de emergencia establecidos por las familias que habían perdido sus casas, nuevos líderes crearon un estilo de liderazgo más autónomo y horizontal en la búsqueda de condiciones decentes de vida y una solución definitiva sobre la vivienda. A primera vista, estos nuevos líderes parecen representar un retorno a las organizaciones autónomas populares que surgieron durante la dictadura pero que fueron desmovilizados bajo la democracia electoral. Irónicamente, el terremoto y el nuevo gobierno de centro-derecha parecen haber brindado una oportunidad política para la reemergencia de una sociedad civil más autónoma.