Rock Stars and Bad Apples: Moral Economies of Alternative Food Networks and Precarious Farm Work Regimes
Published online on February 10, 2016
Abstract
Alternative food networks face both challenges and opportunities in rethinking the role of precarious employment in food system transformation. We explore how alternative food networks in British Columbia, Canada have engaged with flexible and precarious work regimes for farmworkers, including both temporary migrant workers and un(der)paid agricultural interns. Based on in‐depth interviews, participant observation and document analysis, we find that alternative food actors often normalize a precarious work regime using a moral economy frame. This framing describes precarious farm employment as either a necessary challenge in the transition to sustainability, or merely involving a few individual “bad apple” farmers. Further, this framing involves an aversion to “one‐size‐fits‐all” regulation by the state in favor of consumer‐driven regulation of labor standards. Our analysis suggests that a moral economy framing can obscure systemic inequities in precarious farm employment and dampen the impetus for structural change through collective food movement organizing.
Las redes alimentarias alternativas enfrentan tanto desafíos como oportunidades para repensar el papel del empleo precario en la transformación del sistema alimentario. Aquí exploramos las redes alimentarias alternativas en Colombia Británica, Canadá, y cómo se han involucrado en regímenes laborales flexibles y precarios para los trabajadores agrícolas, incluyendo tanto trabajadores migrantes como internos agrícolas impagos o pagados por debajo del salario mínimo. Nuestros hallazgos, basados en entrevistas a profundidad, observación participativa y análisis documental, indican que los actores en las redes alternativas a menudo normalizan un régimen laboral precario utilizando un enmarcado narrativo de economía moral. Este enmarcado describe el empleo agrícola precario ya sea como un desafío necesario en la transición hacia la sustentabilidad, o bien como algo que sólo involucra algunos agricultores que serían “manzanas podridas” en un sistema por lo demás justo. Además, este enmarcado involucra una aversión a cualquier regulación que haga tabla raza en su aplicación por parte del Estado, ya sea a favor de reglas promovidas por el consumidor o para reglamentar los estándares laborales. Nuestro análisis sugiere que el enmarcado de la economía moral puede oscurecer las desigualdades sistémicas en el empleo agrícola precario y disminuir el ímpetu por el cambio estructural a través de la organización de un movimiento alimentario colectivo.